La Apertura Catalana vio la luz en el Torneo Internacional de Barcelona de 1929. Su nacimiento va ligado principalmente a dos nombres: Savielly Tartakower, su creador, y Francesc Armengol, quien impulsó su creación.
El principal impulsor de la idea fue el aficionado Francesc Armengol, entonces dirigente de la Federación Española y vicepresidente del Club de Ajedrez Barcelona, y más tarde presidente de la Federación Catalana de Ajedrez en 1934.
Cuando se celebró el Torneo Internacional de Barcelona, Armengol era uno de los organizadores, y presidente del Comité de Propaganda de la Real Federación Española de Ajedrez y fue él quien propuso dar un premio especial a quien creara una nueva idea de apertura, que debería llevar el nombre de Catalana. aunque la idea original fue del propio Tartakower. En un artículo aparecido en el diario La Nau, poco antes del Torneo Internacional, decía que Si junto a la partida española, que tiene más de 400 años de existencia, poseemos también una apertura zaragozana, que busca la destrucción del problema formado por los peones centrales, no sería de extrañar que alguna apertura catalana sea creada en el Torneo de Barcelona.
La idea se llevó a cabo y, en el programa oficial del torneo y dentro del capítulo relativo a premios especiales, hacía mención a las aportaciones de carácter particular. Entre éstas había una anónima con el lema Un admirador concede un premio de 150 ptas. al participante que origine, en la segunda prueba, la Obertura Catalana que propone el dr. Tartakower.
Precisamente sería el propio maestro polaco-francés, Savielly Tartakower, un importe
representante de la escuela hipermoderna de ajedrez, además de reconocido teórico, quien presentó la nueva idea de ligar el fianchetto del alfil de rey con el esquema del gambit de dama. Esta idea fue inmediatamente reconocida como la más interesante para lograr el citado premio.
Es interesante conocer la opinión de Francesc Armengol, sobre el proceso del nacimiento de la nueva Apertura. Lo que sigue es una transcripción de un escrito que publicó el Boletín del Club de Ajedrez Barcelona, correspondiente a la fecha conmemorativa del 25º aniversario de la aparición de la Apertura Catalana:
Han pasado veinticinco años de cuando se creó la Apertura Catalana.
Como se recordará fue introducida por el maestro polaco Tartakower, ya pesar de ser una inmodestia –permítanme esta variante– promovida por lo que suscribe. Cuando aquella efemérides ocupaba yo un cargo directivo en la Federación Española, y entre otras cosas, que no son del caso de referir, propuse un premio personal al competidor que introdujera esa apertura en el Torneo Internacional de la Exposición de 1929.
Esto perpetuaría aquel magnífico acontecimiento –siempre de difícil realización– y haría de forma perdurable, a la vez, el ímpetu de nuestra raza y de nuestro clima. Fue admitida y divulgada aquella proposición, y aunque todos los participantes tenían reconocidos méritos para transformar en realidad el ruego de esa apertura, el oráculo de la intuición, previó, con fundamento, que el autor de aquél podría ser Tartakower. No dejaba de ser fácil este presentimiento -no adivinanza- porque en aquella época aquella, especialmente Tartakower era el didáctico que, con mayor frecuencia o inusitada actividad, se veía en todas las tribunas del mundo para ir expansionando su competencia ajedrecista. Y fue realmente Tartakower quien presenta con elocuente erudición esa apertura.
Por cierto, que no hubo oposición a que le disputara la clave con otras tesis más o menos profundas. Ni siquiera hubieron avisos de poder esperarlas y así tener ocasión de resolver una cuestión cuyo alcance hubiera sido difícil de dictaminar. Quizás imperó la duda a los demás participantes… Quizá pensaran que no podrían vencer las originalidades de Tartakower, quien privadamente y en público lo anunció y lo prometió, al ser invitado y requerido. Quizás el silencio de todos le facilitaran el camino, para ser discípulos y no autores de un acontecimiento que la afición mundial. juzgaría más adelante. Quién sabe…
Todavía recuerdo la colección de cartas que me escribió el dr. Tartakower relacionadas con la Apertura Catalana. Tengo presente también el blog de artículos periodísticos que me envió, para divulgar ese plan inicial que concibió y con qué intención había sabor y sentimiento. Todos aquellos documentos ‑más que cartas e informaciones, son documentos de estudio ‑ exponen y describen, con el peculiar laconismo y precisión de su creador, la idea fundamental del sistema que nos dedicó y que sirvió para aumentar el valor del arte ajedrecista. Repasando aquellas páginas observamos de nuevo que la lógica que las inspiró sigue manteniéndose firme y con el mismo brillo de optimismo y audacia que le imprimió su autor.
Pero casi 100 años más tarde, la Apertura Catalana ha alcanzado una importancia fundamental en la teoría del ajedrez y tiene más difusión que nunca. Muchos jugadores de élite, como Botvinnik, Korchnoi, Petrossian, Kaspárov, Kramnik, Gelfand, Anand, Carlsen, Caruana, Firouzja, Ding… por citar sólo algunos nombres importantes, han adoptado frecuentemente esta apertura.
Dado que esta apertura es hoy conocida en todo el mundo ajedrecístico y ha sido adoptada por muchos grandes maestros de todas partes, es interesante conocer la opinión de su autor en cuanto a su idea estratégica.
El dr. Tartakower, hablando del origen de la Obertura Catalana dice:
Después de 1.d4 Cf6 (o bien también 1…d5) no se ha ensayado aún nunca antes del torneo de Barcelona 1929 el desarrollo 2.g3 y por tanto, es precisamente “en la segunda vez o movimiento” que esta decisión de ampliar el combate parece ser la más profunda y lógica.
En efecto. Si a partir de la primera vez o movimiento, por ejemplo, se juega 1.g3, entonces las negras podrían servirse enseguida de la réplica inicial 1…e5.
Se podría igualmente jugar como “Apertura ultra-Catalana” 1.g3, puesto que la réplica mencionada anteriormente 1…e5, es probablemente también dominada por las blancas.
Por otra parte, la aplicación del desarrollo lateral al tercer movimiento, por ejemplo, después de 1.d4 Cf6 2. Cf3 e6 3. g3 etc. Puede muy bien entrar en la vía estratégica del sistema catalán, pero no representa el orden de los golpes o movimientos más exactos, ¡porque las negras habrían podido responder al segundo movimiento de una manera más eficaz 2…b6! (en lugar de 2…e6) y anticiparse así al adversario en el empleo de la gran diagonal.
Como esto es el debut (o para ser más exacto el sistema) catalán, es quizás capaz de “dar la vuelta a toda la teoría” del Ajedrez!
Su idea motriz es la de inaugurar lo más rápidamente posible una fuerte presión contra el punto estratégico de d5. Si los ulteriores análisis demuestran el éxito de esta acometida, entonces será preciso para las negras renunciar a las dos respuestas habituales: 1…Cf6 así como 1…d5, las cuales hasta la fecha han dominado en el repertorio de los torneos.
Aunque Tartakower jugó en el Torneo de Barcelona la apertura catalana en varias partidas, solo en una, contra Marin, se llegó a una posición de Catalana auténtica, y la partida fue tablas sin demasiada historia. Por este motivo, la siguiente partida, jugada unos meses después, tiene mayor importancia, especialmente teniendo en cuenta que en la misma ya pueden verse los fundamentos estratégicos más característicos de la apertura: la presión contra el centro negro, especialmente el punto d5 y la lucha por dar actividad al alfil de g2, Alfil Català, por lo que Tartakower no duda en sacrificar la calidad, un tema muy frecuente en el ajedrez moderno.